sábado, 21 de mayo de 2016

Tengo un bloqueo creativo de la leche

Al menos en lo referente a los temas de la Xanocueva. No sé de qué hablar en el blog original, no sé de qué hablar en éste y, para colmo, cuando se me ocurre un tema, sencillamente no tengo ganas de escribir nada. No sé qué me pasa, pero es como si ya no me apeteciera hacer el cenutrio en internet. Pero es que, pensándolo en profundidad, no es sólo por el blog de coña, es que tampoco me apetece escribir nada en éste, ni en YouTube, que llevo un tiempo forzándome a empezar y no hay Dios...

A ver, no es la primera vez que me pasa, ya he tenido este tipo de crisis existenciales hace tiempo, pero nunca habían sido tan largas ni, mucho menos, persistentes. Es que me da una pereza todo lo referente a la Xanocueva... Estoy como saturado, en cierta manera ya me aburre, creo que la broma se ha extendido demasiado, y la prueba más firme que tengo de ello es que tengo ganas de seguir con mil proyectos más ajenos al blog que escribir una mísera entrada para éste. ¡Hasta el xanocómic me llama muchísimo más ahora mismo que el blog! Y esto no sería grave de no ser porque... joder, en casi siete años de blog, se ha convertido prácticamente en parte de mi vida. A lo largo del tiempo, el blog y yo éramos uno. Cualquiera que me conozca en la vida real os puede asegurar que ante todo lo que veía, aunque fuera una solemne gilipollez, saltaría con un "¡hostia, de esto hay que hablar en el blog!" y, sin embargo, ahora me sobran temas pero me faltan ganas. Cuando abro Blogger y me dispongo a hablar sobre la última película que he visto, el último cómic que he leído o, yo qué sé, el último anime que he degustado (que últimamente también tengo el tema muy aislado), el único pensamiento que se me pasa por la cabeza es "¿y qué voy a decir de esto que no se haya dicho ya?".

Parémonos a analizar un momento ésta mosca cojonera de autosabotaje, porque creo que por una vez, mi subconsciente tiene algo de razón. ¿Qué decir que no se haya dicho ya? Porque la Xanocueva no es que suela aportar datos nuevos sobre lo que reseña, precisamente. Y aunque todos sepamos que esa no es la intención... ¿qué novedad voy a aportar yo con respecto a mis otros artículos? Lo único que voy a hacer es cagarme en la puta como hago siempre. La típica entrada de cortesía que ya me sale automática, sin pensar. Antes me suponía un reto. Intentaba ser creativo y me lo pasaba en grande escribiendo, pero ahora no sé si habré madurado o algo, pero el caso es que no me llena.

Ya avisé en su día a los redactores de cerrar el blog con la sexta temporada por todo lo alto, intentándola hacer lo más épica posible, pero insistieron en seguir, y alguno hasta me comentó que si lo quería dejar, que lo dejara, pero que no quitara a los demás el privilegio de escribir para la Xanocueva. La verdad, ahora mismo estoy un poco por obligación. Ni lo quiero dejar, ni quiero seguir, pero, eso sí, tengo un principio en mente desde que abrí el blog. No quiero que la broma pierda la gracia pero la sigamos estirando hasta la infinidad, para acabar cerrando cuando estemos en la más absoluta mierda. Para mí, el final de la Xanocueva tiene que ser algo digno de recordar. Llegar a un consenso con los redactores para currarnos la mejor temporada de todas y el mejor cierre de la misma, saliendo así por la puerta grande. No voy a cerrar a lo cutre cuando ya no demos para más, y obviamente, mientras el blog siga abierto, yo voy a seguir siendo el redactor jefe. La Xanocueva empezó conmigo y cerrará conmigo, así que la única solución que veo a todo esto es, a parte de dejar de comerme la cabeza y empezar a hablar de temas que me llamen más la atención, pues ya no soy el chaval de 16 años que inició el blog, es tomarme unas vacaciones y desconectar un poco de todo esto. Quizás con las del blog, sobre agosto/septiembre, se me pase la tontería.